Hacia fines de ese año contaba con varios miles de dólares en un banco privado importante, donde era casi un VIP. Me trataban muy amablemente y nunca tuve ningún tipo de demora. Una vez en vigor las normas del "corralito", después de largas colas, me trataban como lo hacía la empleada pública de Gasalla.
Logré, con la ayuda de familiares, sacar a tiempo el dinero con cuenta gotas y una pérdida relativamente menor, con respecto otros, a los cuales no les alcanzó el tiempo.
El cuadro era tétrico. Las personas, sobre todo mujeres mayores, golpeaban los frentes de los bancos con piquetas o cualquier otra cosa. Ocurría en todos los bancos y todos los días.
Lo más notable era la indiferencia del público. Un grave indicio de como somos. Además el panorama era desalentador. En mi barrio los negocios de automoteres estaban cerrados, no se salía ni en los sábados, había un silencio sepulcral en todos lados. La gran mayoría de las vidrieras estaban sin iluminación y/o con las persianas bajas Todo estaba sucio. Las casas y los departamentos se vendían a valores de la cuarta parte.
Fue peor que otras crisis por que el nivel de pobreza era aterrador. Familias enteras revolvían la basura en el microcentro y en cualquier lugar. Ni bien dejabas la basura, que ya había chicos y adolescentes que se comían los restos de comida. Era muy triste, no lo podías creer. Con tu sueldo te comprabas lo que podías, por que los precios variaban día a día.
Personalmente y después de haber recorrido el mundo, no me parecía justo para lo que somos. Era casí ver a tu pais ardiendo en medio de la violencia como si fuere Nicaragua o el Salvador.
No se podía creer, después de haber vivido en esa ciudad que nunca dormía, donde los mozos no te atendían si no eras amigo y les dejabas buenas propinas, donde el electricista o gasista tenían estatus de doctores e iban a tu casa cuando querían y si les venía bien y, por sobre todo, por que NO EXISTÏAN POBRES. Solamente habria algún vagabundo por ahí y tal vez algunos en el interior. Con algunos curritos se zafaba tal cual lo reflejan la estadísticas de 1980, donde se decía que esta era del 0,5 %.
Logré, con la ayuda de familiares, sacar a tiempo el dinero con cuenta gotas y una pérdida relativamente menor, con respecto otros, a los cuales no les alcanzó el tiempo.
El cuadro era tétrico. Las personas, sobre todo mujeres mayores, golpeaban los frentes de los bancos con piquetas o cualquier otra cosa. Ocurría en todos los bancos y todos los días.
Lo más notable era la indiferencia del público. Un grave indicio de como somos. Además el panorama era desalentador. En mi barrio los negocios de automoteres estaban cerrados, no se salía ni en los sábados, había un silencio sepulcral en todos lados. La gran mayoría de las vidrieras estaban sin iluminación y/o con las persianas bajas Todo estaba sucio. Las casas y los departamentos se vendían a valores de la cuarta parte.
Fue peor que otras crisis por que el nivel de pobreza era aterrador. Familias enteras revolvían la basura en el microcentro y en cualquier lugar. Ni bien dejabas la basura, que ya había chicos y adolescentes que se comían los restos de comida. Era muy triste, no lo podías creer. Con tu sueldo te comprabas lo que podías, por que los precios variaban día a día.
Personalmente y después de haber recorrido el mundo, no me parecía justo para lo que somos. Era casí ver a tu pais ardiendo en medio de la violencia como si fuere Nicaragua o el Salvador.
No se podía creer, después de haber vivido en esa ciudad que nunca dormía, donde los mozos no te atendían si no eras amigo y les dejabas buenas propinas, donde el electricista o gasista tenían estatus de doctores e iban a tu casa cuando querían y si les venía bien y, por sobre todo, por que NO EXISTÏAN POBRES. Solamente habria algún vagabundo por ahí y tal vez algunos en el interior. Con algunos curritos se zafaba tal cual lo reflejan la estadísticas de 1980, donde se decía que esta era del 0,5 %.
Alfredo
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