lunes, 19 de diciembre de 2011

Entrevista a Luciano Sapia, integrante del plantel de Racing campeón 2001

Luciano Sapia vivió una historia que muchos argentinos soñaron en su infancia. Nacido en una familia profundamente racinguista, ingresó a las infantiles de ese club a los 10 años de edad. Su buen desempeño como volante por derecha le permitió sortear escollos en las inferiores hasta llegar a la cuarta división, con la cual logró consagrarse campeón en 1999. Ese plantel estaba integrado por a varios de los futuros campeones del 2001 ("Chiche" Arano, Gustavo Arce, Diego Milito, el "Mono Ruiz"). En junio de 2001, cumplió su primer sueño cuando firmo contrato con la primera.

No llegó a debutar: le jugó en contra una operación de meniscos, rótula y cartílago de la rodilla derecha que se realizó durante su primer (y único) año de contrato, pero formó parte del plantel que logró devolverle la alegría al club después de tantos años.

La larga espera por el último partido es una de las vivencias que más recuerda. La definición del campeonato tuvo que suspenderse por cinco días, debido a los hechos del 20 de diciembre de 2001.

Entrevistamos a "Lucho" Sapia para que nos cuente cómo vivió ese plantel de jugadores la larga agonía del final, la tristeza por ver un país que se caía a pedazos, y la enorme alegría de cumplir el sueño de toda su familia.




"Firmé contrato en junio de 2001, gracias a Miguel Micó".
"Se veía venir. En el país estaba todo mal, pero se notó con más intensidad el 16 de diciembre, por el tema del corralito".
"Mostaza nos decía que tratemos de estar al margen. Si bien era algo que nos tocaba a todos, a cada familia de cada jugador, nos marcaba que en ese momento había que preocuparse por salir campeones".
"Nos enteramos que se suspendía el partido con Vélez, que se iba a jugar el 22 de diciembre, dos días antes. Estábamos concentrados en el Hotel Intercontinental".
"La noticia cayó mal, lo vivimos con mucha ansiedad. Nosotros podíamos salir, porque no estábamos dentro de los 17 jugadores citados, pero el resto estaba a las puteadas".
"Viví la espera con ansiedad por el campeonato y con tristeza por el país. Queríamos que llegue el partido, pero no podíamos dejar de ver la TV".
"Llegó el partido y fue un día de nervios. Noté que los que iban a jugar estaban muy nerviosos y con ganas de jugar, esa semana fue terrible".
"No charlamos de los hechos del 20 de diciembre después del partido. El 29 jugamos el partido homenaje contra Guaraní de Paraguay e inmediatamente todos los jugadores se fueron esa noche hacia sus pueblos, los colombianos a su país, etc.".
"El festejo del campeonato no fue intenso dentro del plantel. No se festejó tanto, por el tema de lo que pasaba en el país".
"Ganar el campeonato fue una inmensa alegría. Mis tíos, 4 hermanos, cuñados, abuelos, todos somos de Racing. ¡Me trataban como si yo  fuera Loeschbor! El 31 de diciembre me recibieron en mi casa con banderas; antes de empezar a comer, me leyeron un poema, mi primo habló unas palabras, diciendo que estaba muy contento que un Sapia fuera parte del plantel campeón. Todos lloramos. Fue un orgullo para mi familia".
"En la pretemporada de enero no tocamos el tema del corralito. Mostaza dijo que sabíamos cómo estaba el país, que cada uno tenía sus temas extra futbolísticos, pero que el tema no había que tratar de olvidarlo mientras entrenábamos y jugábamos, aunque después de entrenar se podía charlar. A todos nos tocaba: imaginate que había compañeros con plata en el corralito".

No hay comentarios:

Publicar un comentario