Sentí terror. Me senté en el patio de casa, no sabía por dónde iban a entrar las hordas organizadas por Duhalde y los patrones del conurbano. "Soltaron gente por Elcano y por Monroe", sentenciaban los vecinos. O entraban por el negocio de mi padre, previa rotura de los vidrios y persianas o por la puerta de calle. Los beneficios de tener un Disco frente a casa. Y encima, mi hija cumplía 6 años.
Renunció De La Rúa y mágicamente se acomodó todo.
Después la Navidad, la sucesión de presidentes, la condena al éxito, los 2 años de desocupación, la imposibilidad de acceder a un Plan de esos que te dan los gobiernos para comprarte por ser profesional desocupada (la discriminación es multidireccional). Sólo gracias a la ayuda de mi familia y de algunos amigos pudimos salir adelante. Y también por no habernos embarcado jamás en la Fiesta Menemista. Por eso, compatriota, nunca pongas tus esperanzas en los políticos. No somos nada...
Claudia O.
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